lunes, 21 de junio de 2010

EL GRUPO DE PROTOCOLO EN LAS CONGREGACIONES. ¿SON MINISTROS O GUARDAESPALDAS?

Citaremos la poderosa Palabra de Dios en Juan 18, 36, escrito está: “Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mí reino no es de aquí”. Es importante resaltar el fragmento que dice: “mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos”, lo que indica que Jesús o Yahshua no tenía guardaespaldas, ni ejercito humano, ya que su ejercito no era terrenal sino celestial, los ángeles. Claro está, que los ángeles no intervinieron en el arresto y posterior sacrificio porque era un decreto irrevocable e inderogable establecido por Dios Padre desde antes de la creación del mundo.
Otra cita se refiere a Hechos 10, 59: “Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu”. El discípulo Esteban, enviado por Dios a través de los apóstoles, fue apedreado y no tuvo quién lo defendiese, claro, todos sabemos que fue un acto de fe, cumpliendo con el perfecto propósito de Dios, tal como lo cumplió Juan El Bautista.
Otras citas como Hechos 12, 2-3 en donde Jacobo fue asesinado y Pedro fue puesto en la cárcel, no tuvo en el momento nadie que los defendiera, sin embargo, Pedro fue libre por la mano de Dios, a través de un ángel que se cita más adelante de este fragmento de Hechos, es decir, Pedro fue protegido por ángeles y no guardaespaldas.
Finalmente, la cita de Hechos 14, 19, donde se da testimonio del Apóstol Pablo, cuando fue apedreado y arrastrado fuera de la ciudad y no tuvo quien lo defendiese, es decir, no cargaba guardaespaldas.
Así como en otras citas, todos los hombres, ministros de Dios, sufrieron penalidades por causa de la predicación del Evangelio y que, según la Palabra, tenían seguidores que servían en ayudarles, pero no en la función de ser guardaespaldas, ya que todo Ministro de Dios debe saber que su protección está dada por los ángeles del cielo enviados por Yahshua.
Pero lamentablemente, hoy en día, observamos personas creyentes, algunos “apóstoles” y otros “pastores” que tienen guardaespaldas. Algunos utilizan el personal del protocolo de la congregación, para llevarlos en sus carros y a todas partes, para que los cuiden y estas personas van como “ministrones” delante de la gente, exaltándose con vanidad, al punto que los guardaespaldas no dejan a la gente acercársele al ministrón.
Esto de los guardaespaldas en las religiones viene del catolicismo en el Papado y clero episcopal, a través de la historia. El Pontifex Maximus, como se denominaba al Papa, después del Concilio de Nicea en al año 325 d.C., tenía lictores a su orden, los lictores era el servicio de Protección del Pontifex Maximus que más tarde fue heredado por el Papado y sus funcionarios.
Todo esto lo heredó también la iglesia protestante y actualmente se pueden ver en muchas congregaciones “apóstoles”, “evangelistas” o “pastores” con guardaespaldas.
Como se conoce, esto de los guardaespaldas para el ministerio no es bíblico, y el servicio de protocolo, que muchas congregaciones grandes organizan por la cantidad de hermanos asistentes, simplemente sirve al altar de la Palabra de Dios y a la atención de la congregación y público que es bienvenido por ellos.
Pero cabe destacar que el protocolo no forma parte de los cinco ministerios, pero si un diaconado que brinde la atención y servicio en las congregaciones y todos estamos a ser llamados a servir y a atender a las personas. Por lo cual, un personal de protocolo no se debe mantener encerrado dentro de esta función, ya que tarde o temprano, Dios lo puede utilizar así como le llegó la hora a Timoteo.
Hermanos. Esta Palabra dada en esta publicación es una reflexión, sin señalar a nadie. Simplemente es un llamado a dejar estas cosas que no le aportan ingrediente a la Gloria de Dios, ya que Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de dominio propio (Timoteo 1, 7). Entonces, seamos llevadores de la Palabra de Dios y rompamos con los paradigmas que han envanecido y cegado a muchos creyentes y congregaciones que siguen las tradiciones y no lo que la Palabra de Dios establece. Y a ustedes, usen el mejor servicio de protección que da Jesucristo, sus ángeles (Salmo 91, 11-12). Bendiciones a ustedes en el nombre de Yahshua Ha Mashiaj.