domingo, 7 de diciembre de 2014

LA VISION DE LOS TEMPLOS

Iba por una calle y al cruzar una esquina me dirigí a otra calle donde se ubicaban seis templos, en la entrada de esta calle, había un Señor con ojos brillantes llenos de mucha sabiduría y con una gran seriedad en el rostro y en sus ojos se reflejaba una molestia, estaba vestido con mantos alrededor y teñido con sangre en la ropa y cuando lo vi, me llama para invitarme a ir por esa calle sin ir por otra y me dijo que observará cada uno de esos templos. Cuando fui por esta calle di vuelta para verlo de nuevo y ya no estaba. Continué como me dijo a llegar a cada uno de estos templos y observar que hacían.

Llegué al primer templo y había toda una fanfarria, mucha música parrandera y de esas bailables como se dan en el mundo de hoy, mucha gente bailaba, meneando la cadera, brincando y lanzándose al suelo, cantando repetidamente te alabo, te alabo que se mueva y te alabo, y comían y seguían con un gran relajo, le pregunte a un varón que se identificó como un ángel del Señor sobre esto y me dijo, esta iglesia que tú ves acá es la IGLESIA FIESTERA, acá su ídolo es la carne y la emoción. Lo hacen porque así se sienten bien y de esta manera es que pueden tener fe, pero cuando esta fiesta falta se caen todas sus esperanzas, viven en el mundo de las fiestas porque están atados a la carne y piensan que de esta manera van a mover el cielo y Hashem los oirá y bailará como ellos, lo que no saben es que Dios no acepta nada del mundo cuando se le ofrenda, a Dios no se le puede ofrendar emociones carnales, que solo alimentan su propio criterio y no el de la obediencia porque no ven la Palabra como obediencia sino como un instrumento religioso y de esa manera piensan que son salvos, así no haya amor.

Cuando pasé al segundo templo, vi mucha gente sentada en silencio escuchando a alguien que estaba parado en un altar lujoso de mármol y madera de ébano pulido, y cuando lo escuche estaba cobrándole a todos muchos impuestos, no solo diezmo, sino cada cosa que pedía tenía una denominación y aquel que no diera por alguna circunstancia, este les señalaba acusándolos de ladrones y usaba la palabra para maldecirlos, yo quede abismado de ver tanta arrogancia e injusticia a ese que se encontraba en medio de los lujos y le pregunte al mismo ángel que vi en la puerta, que era esto que pasaba y me dijo esta iglesia que ves es la IGLESIA PUBLICANA, la que cobra todos los tributos en nombre de Cristo para sus lujos alimentando su ambición y el quienes no lo complacían los llamaba ladrones porque según este, la Palabra lo decía. Quede atónito con esto y me dijo anda a la tercera que está delante y te dará cuenta de más.

Cuando fui a la tercera iglesia, estaba en la puerta cuando vi a mucha gente gritando, mucha gente diciendo un lenguaje indescifrable, mucha gente repetía Señor, Señor, otros, gloria a Dios muchas veces y le pregunte al ángel quién me acompaño a ver y me dijo esta es la IGLESIA ESCANDALOSA, ellos dicen ser intercesores pero a la verdad Hashem no los escucha, no ve la imagen de su hijo Yahshua acá, se comportan como los profetas de Jezabel, gritan y gritan, repiten y repiten como si el Dios de Israel estuviese durmiendo, hacen puro escándalo en las calles y en las plazas, Dios abomina esto, porque con lágrimas y gritos, sobretodo en público para que los vean, están dejando en mal a Dios y les muestra al mundo que el reino de Dios es un reino de locos y no es así, porque en el reino de Yahshua hay prudencia, amor, sana fiesta, sin espíritu de borrachera como viste en la primera iglesia. Quede pensativo y me dijo el ángel, ven que aún faltan tres que te mostraré y no lo has visto todo.

Seguí y llegue al cuarto templo, y vi que todos estaban sentados y en silencio, escuchando a un hombre que cantaba, bailaba, predicaba, cobraba, hacía de diacono y protocolo, hacía de todo y le pregunte al ángel que porque la gente estaba así y solo uno era el que hablaba, entonces el ángel me dijo, esta es la IGLESIA APAGADA, no hay ministerios, es una iglesia convencional, solo uno hace todo porque según él se merece el crédito y fue llamado, los demás están para escucharlo, y permanecer sentados sin salir a predicar la Palabra y sin autorización de el para hacer algo. Dije entre mí, Dios mío, es el colmo de la ignorancia profética, del oscurantismo propuesto por la apostasía.

Después al llegar al quinto templo, veo gente que entra y sale del templo, algunos cargan imágenes o cruces en sus manos y cuello, otros discutían diciendo que son trinitarios y otros unitarios, otros que Yahshua fue crucificado o fue clavado en una estaca de madera, otros que el Papa es Pedro y Cristo a la vez, otros discutían que celebran sábado o domingo en su propia razón, todos usaban la Palabra como les viniera, entonces el ángel me dijo, has llegado a la IGLESIA SINCRÉTICA, acá todos son ecumenistas, hacen y creen lo que quieran, son católicos evangélicos otros con denominaciones religiosas de este mundo y la doctrina tiene más importancia que el amor y que la unidad de la iglesia está en consentir cualquier doctrina, incluso la política, y adorar cualquier cosa o persona como un dios o representante de este. Me pregunte hasta cuando esta gente no apuntará a la verdad del amor y no investigará conforme a la revelación.

Finalmente llegué a la sexta y última iglesia, vi gente que cuando salía del templo decía una cosa dentro del templo y otra afuera, dentro de la iglesia decían ser santos y en la parte trasera del templo los veía fornicando, cometiendo adulterio entre ellos, traicionándose entre si como falsos amigos, echándose entre gente del mismo sexo, y emborrachándose celebrando fiestas paganas, donde no hay amor sino egoísmo e interés, entonces el ángel me dijo, esta iglesia es terrible, es la IGLESIA HIPÓCRITA, acá la gente dice ser salva por estar en el templo y por lo que dice su ministro, cuyo profeta es Balaam. Dije entre mí que con razón aquel varón con mantos teñidos de sangre tenía una gran seriedad en su rostro y molestia en sus ojos.

Cuando llegué a la última cuadra me esperaba aquel varón ahora con una sonrisa en el rostro y le pregunte porque ahora no tenía la molestia que le vi, y me dijo, porque la iglesia que tu buscabas en esta calle que pasaste no está en el mundo, no está entre paredes, ni entre mármol, ni madera de ébano, tampoco hay escándalo, fanfarria ni relajo. No hay arrogantes, ignorantes dormidos ni hipócritas. Mi pueblo es el pueblo de Yahshua, el diseño del pueblo de Dios es su Reino, un Reino de amor, un Reino de justicia, un Reino sabio y prudente. Un Reino que sabe gozarse con lo que Dios les da, no lo que ellos piensan ni creen. Un Reino sin hambre ni pecado. El pueblo de Dios es el mismo templo y su corazón es para Hashem, su adoración está en amar, que es amar, servir, perdonar, comprender con la verdad y el amor, aconsejar y escuchar con mansedumbre, usar la autoridad con humildad a la Palabra, ayudar, respetar y obedecer aceptando lo que Dios nos designa, administrando el poder con amor y mucha justicia.

Gracias Señor porque todos estos templos de hombres pasarán y serán lanzados en la segunda muerte cuando el gran juicio sea instalado. Bendiciones a todos en el nombre de Yahshua Ha Mashiaj